¿POR QUÉ UN SAPO EN LA PUERTA DE UNA CASA?

Siempre me ha llamado la atención en el barrio Loma fresca de Baranoa, Atlántico, una casa muy particular que tiene una placa que informa de las obra de restauración de la Casa Museo Orlando Rivera “Figurita”, artista ya fallecido.

Fabián Rivera, hijo de Figurita, tiene como don esculpir o darle vida a piedras de gran tamaño, por ello en la puerta principal de su casa tiene un sapo en piedra tallado a mano de muy fino acabado.

¿Por qué un sapo en la puerta de una casa?, ¿por qué no una virgen si eres creyente u otro animal, ya sea un tigre o un león que representan poder y sabiduría?.

Me tomé la tarea de averiguar y al tocar la puerta me recibió el mismo artista Fabián Rivera, quien me explicó que el sapo es un valioso símbolo de nuestros ancestros Mokaná.

Aquí en Baranoa lo que es hoy el colegio Julio Pantoja Maldonado o Bachillerato, Comixba, como antiguamente se conocía, toda esa zona era una especie de laguna.

El pueblo tenía el agua arriba, por decirlo así refiriéndose a la zona norte o entrada principal y cuando desviaron el arroyo de Las Margaritas se secaron varios puntos por eso quedó el Parque Espejos de Agua, líquido que se repartía en todo el municipio. En esa época habían muchos mosquitos y el sapo y el lobito eran los que se comían los sancudos que prácticamente nivelaban el ecosistema. Cuando llegó la pólvora las personas se divertían colocando una papeleta o “tiro” en la boca del sapo y este animal, de la saliva pegajosa, no podía escupirlo y explotaba.

Historias como esta son la identidad de Baranoa, quizás está algo alejada de la realidad o quizás no, lo que sí importa es el reconocimiento del artista a la labor que el anfibio hace en el ecosistema y que es símbolo en los Mokaná. Esto hace parte de la historia y de la cultura de los baranoeros y aquí está el sapo en la puerta de la casa y que nos hace regresar el tiempo y revivir un poco a la Baranoa antigua.

“Todos los patrimonios de Baranoa se han ido perdiendo, las huellas del pasado se van borrando y solo queda un vacío, una nostalgia en el alma, pero las generaciones siempre estaremos prestos a no dejar que la historia se olvide”, Fabián Rivera, escultor de piedras, artista baranoero.

Baranoa Mía, Tierra querida.

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