SIBARCO, BARANOA.

 

Saliendo de Baranoa -buscando la Vía al Mar que conduce a Cartagena- a escasos minutos encontramos una desviación, una “Y” que nos lleva a Sibarco, corregimiento de Baranoa. Casi entrando al pueblo, al margen derecho de la carretera divisamos una colina y del otro lado una pendiente como si entráramos a una especie de cráter. Al adentrarnos al corregimiento contemplamos, alrededor, colinas no muy grandes.


El morro de Sibarco; desde este sitio podrás apreciar lo hermoso que es
 este corregimiento y los paisajes que te brinda la naturaleza.

Además de la rica gastronomía, lo particular de este corregimiento es el agradable ambiente que se respira por la vasta naturaleza que rodea a todo el pueblo. Nos llama la atención el parecido, en el buen sentido de la palabra, y por supuesto, guardando las proporciones, con Medellín y Caracas- Venezuela. Nos deja atónitos por su semejanza y belleza de sus paisajes naturales. Cuando llegamos a esas ciudades nos damos cuenta que atravesamos inmensas colinas como si entráramos a un cráter. Al recordarlas, nos damos cuenta que tienen partes altas, miradores naturales donde podemos apreciarlas y ver lo hermosas que son. Visita a Sibarco, imagina que estás en esas metrópolis y apreciarás y valorarás la naturaleza de este bello y tranquilo corregimiento.

Quizás es algo descabellado o totalmente fuera de contexto hacer esa comparación, pero quienes han visitado esas ciudades y les gusta jugar con la imaginación quizás entiendan, que Sibarco tierra de guandú y su festival que se realiza una vez al año, de mazamorra, bollo de maíz y por supuesto, de su famoso bollo de yuca característico de este corregimiento tan pacífico y hermoso, también tiene su espectacular mirador desde donde una imagen de Maria Auxiliadora protege a los habitantes de este bello corregimiento, orgullo baranoero.

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‪#‎BaranoaMia‬

Si viene a Baranoa o Sibarco no dude en acompañar sus comidas con una rueda de Bollo de yuca, tradicional de nuestra población, ideado para acompañar un rico plato de guadú, una exquisita viuda de pescado, una posta negra o unas ricas butifarras con un toque de pimienta, sal y limón.